La caída en
la oferta y los altos precios limitan las compras
Acceder a
una vivienda, bien sea mediante compra o alquiler, implica sortear una carrera
de obstáculos. Las familias se tienen que enfrentar a una oferta de unidades
insuficiente, elevados precios y créditos con tasas preferenciales que se
quedan cortos ante los costos de los inmuebles.
En el
recorrido por la vivienda la primera barrera que se debe pasar es la oferta, y
de acuerdo a los inmobiliarios, la disponibilidad en el mercado primario y
secundario es baja.
El mercado
primario, que son las casas nuevas, es reducido. Si bien hace dos años se lanzó
la Misión Vivienda que ha permitido a los entes oficiales culminar más de 140
mil unidades y superar así los resultados de años anteriores, esa cantidad de
casas terminadas no ha cubierto los requerimientos. Aunque en este 2013 se
plantearon metas ambiciosas, los datos oficiales dicen que la construcción
pública ha perdido impulso.
El sector
público en materia de vivienda está mostrando un comportamiento errático, pero
en el sector privado la situación es más crítica, porque la producción de
unidades se ha desacelerado fuertemente, lo que ha limitado el acceso a
diversos segmentos de la población.
Ese descenso
responde a varios factores. Desde 2009 la construcción privada ha sido objeto
de un cerco legal que impacta en el avance de las obras. Ese año se prohibió la
aplicación del índice de precios al consumidor en la preventa de inmuebles.
Luego en 2010 se autorizó la intervención de 57 desarrollos habitacionales en
varios estados. Y tras esa situación, en 2011 se aprobó la Ley contra la Estafa
Inmobiliaria, que impuso más requisitos a las empresas.
Con esas
regulaciones, los proyectos habitacionales tardan en iniciarse y aquellos
desarrollos de viviendas que están en ejecución marchan con lentitud por la
falta de materiales.
Desde hace
tres años las empresas estatales que se encargan de fabricar insumos para la
construcción no operan a plena capacidad y con el inicio de la Misión Vivienda
la demanda subió y el suministro se agudizó.
Ante la
menor cantidad de viviendas en el mercado primario, crecen las presiones en el
mercado secundario (casas usadas).
El
presidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, Aquiles Martini, señala que
el inventario de viviendas en ese mercado se está agotando y en las principales
ciudades del país la oferta ha disminuido, lo que "complica el
panorama".
Cuando un
bien es escaso su valor se dispara, y en la carrera por la vivienda la segunda
barrera es el costo del inmueble.
Los precios
de las unidades se han elevado y según los inmobiliarios, cada mes suben en
promedio 16%. Por esos altos precios se tiene que sortear una tercera barrera,
el financiamiento. Si bien se han establecido tasas sociales y subsidios
directos para completar la compra de la vivienda, los créditos máximos resultan
limitados.
La falta de
unidades y los altos costos no solo se observan en la compra de la vivienda
principal, se extienden al alquiler.
Hace 10 años
el Gobierno estableció un control a los cánones, lo que ha llevado a los
propietarios de inmuebles a optar mas por vender que por arrendar, y con la
reforma de la Ley de Arrendamientos de 2011 la oferta se redujo aún más.
Fuente: El Universal por Mayela Armas
H.